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y este es nuestro pequeño espacio dedicado a la asignatura de "Enfermería Geriátrica y Gerontológica".

jueves, 6 de diciembre de 2012

Bibliografía Trabajo de Campo 2


Enfermedad de Parkinson. Tratamiento farmacológico

Referencia Bibliográfica: Moreno Briceño D. Enfermedad de Parkinson en el adulto mayor. En: Morales Martínez F. Temas prácticos en geriatría y gerontología: tomo III. San José: EUNED; 2007. p. 173-182.

He escogido esta bibliografía porque me ha resuelto algunas dudas y me ha ayudado a comprender mejor varios aspectos del tratamiento farmacológico en las personas mayores afectadas de Parkinson.

Antes de nada, destacar que todos estos fármacos llevan consigo importantes efectos secundarios, por lo que su uso debe postergarse hasta que los síntomas interfieran en las actividades sociales y/o ocupacionales del paciente.

  • Levodopa: Es, sin duda, el más efectivo para controlar los síntomas. Es un precursor metabolico que atraviesa la barrera hematoencefalica y se transforma en dopamina. En personas mayores es recomendable iniciar con preparaciones de liberación prolongada, ya que no producen concentraciones elevadas prolongadas, lo cual podría causar somnolencia. La interrupción brusca de la levodopa podría causar la aparición de síndrome neuroléptico maligno, que podría ser mortal. Entre sus efectos adversos encontramos: anorexia, nauseas, disquinesias, confusión, psicosis y fenómeno “on-off”.

  • Selegilina: Disminuye la oxidación de la dopamina y, por tanto, la formación de radicales libres. La dosis habitual es de 5mg al día por la mañana, ya que puede causar insomnio. Otros efectos secundarios son hipotensión y alucinaciones.
  • Bromocriptina: Estimula los receptores de dopamina. Con una dosis inicial habitual de 1.25mg/día, puede aumentarse hasta 7.5-10mg. Los efectos secundarios que aparecen con más frecuencia son hipotensión postural y confusión.
  • Amantidina: Libera la dopamina de sus vesículas de almacenaje y bloquea su recaptacion. Se puede usar como monoterapia para tratar la akinesia y la rigidez leve, si el temblor no es un gran problema. Entre sus efectos adversos: confusión y alucinaciones.
  • Anticolinérgicos: Los más habituales son difenhidramina y amitriptilina. A pesar de que aminoran los síntomas, su uso es muy limitado debido a sus efectos secundarios; sequedad de boca, retención urinaria, confusión, trastornos de memoria y aumento de la presión intraocular. La dosis habitualmente recomendada es de 1-4 mg/día.

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