BIBIOGRAFÍA 1
Tratamiento no farmacológico de la enfermedad de Parkinon: Cuidados de enfermería
Bibliografía:
Bartolomé Blanco S, Zancada
Gutiérrez J. Enfermedad de Parkinson.En: Guillén Llera F,Peréz del Molino Martín J, Petidier Torregrossa R. Síndromes y cuidados en el paciente
geriátrico. 2ªed. Barcelona: Masson; 2008. p. 763-773
He seleccionado esta bibliografía
porque el abordaje del paciente con enfermedad de Parkinson es de gran
importancia, ya que nos encontramos ante una enfermedad neurodegenerativa
progresiva, con alta incapacidad. Este abordaje debe ser multidisciplinario,
sin embargo me he centrado en los cuidados de enfermería, porque además de ser
nuestro futuro campo de actuación, explica detalladamente dichos cuidados,
especificando las áreas que precisan en mayor medida actuaciones de enfermería.
Según este manual los cuidados de
enfermería consisten fundamentalmente en: aconsejar y educar a los pacientes y
a sus cuidadores sobre la enfermedad de Parkinson, estimular y preservar al
máximo la capacidad funcional del paciente, incentivando las actividades
básicas e instrumentales de la vida diaria mediante intervenciones en las áreas
más afectadas:
- Alimentación: los pacientes corren riesgo de desnutrición a causa de dificultades en la masticación, deglución, la bradicinesia, la sialorrea, etc. Por ello hay que enseñar al paciente a comer solo, proporcionándole una dieta semisólida, advertirle que hablar durante la comida aumenta el riesgo de aspiración, por lo que debe evitarlo, debe hacer un esfuerzo consciente para la deglución, se aconseja modificar los utensilios en función de la discapacidad del paciente. Por último se añade en esta sección el diseño de una dieta normocalórica, normoproteica, pero con una redistribución proteica nocturna para una mayor absorción de la L-dopa.
- Vestido: animar y enseñar al paciente que se vista por sí mismo, usando prendas amplias, sin botones, calzado ajustado sin hebilla ni cordones.
- Baño: el baño diario es necesario dada la excesiva sudoración, el babeo y el aumento de grasa de la piel. Estimular al paciente a que realice personalmente su aseo, facilitándolo mediante la adecuación del mobiliario del cuarto de baño. Cuando la inmovilidad aumenta, la higiene y las movilizaciones frecuentes adquieren gran importancia, con el ello el paciente se sentirá más cómodo y evitaremos las úlceras por presión.
- Hábitos adecuados de micción y defecación: el estreñimiento, la retención urinaria y la incontinencia puede aparecer como efecto de alguna medicación, déficit de líquidos, falta de movilidad. Hay que aconsejar al paciente que vacíe la vejiga con regularidad (micción programada), el estreñimiento puede ser controlado con la dieta, o si esto fracasa será preciso el uso de laxantes.
Por último, concluir que se realizaron
estudios para demostrar la eficacia de estos cuidados, sin obtener mejorías en
las condiciones clínicas pero sí en la sensación de bienestar de los pacientes,
sin incrementar los costes sanitarios, aspecto, desde mi punto de vista
primordial en estos pacientes porque creo que el objetivo principal de una
intervención enfermera es mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Realizado por Cristina Felipe
Sánchez (20/11/12)