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Somos Mª José Avilés, Gloria Barba, Juan Diego Egido, Cristina Felipe, Gemma Rodas y Cristina Rodríguez...

y este es nuestro pequeño espacio dedicado a la asignatura de "Enfermería Geriátrica y Gerontológica".

martes, 13 de noviembre de 2012

Bibliografía 7


Síndrome de Inmovilidad


Bibliografía: Torres R, Nieto M. Inmovilidad. En: Tratado de Geriatría para residentes. España: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. 2007. P. 211-217.

He elegido este fragmento que del Tratado de geriatría para residentes de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología porque explica de manera muy clara la inmovilidad, incluyendo diversos aspectos como la epidemiología, los cambios fisiopatológicos asociados a la inmovilidad, factores predisponentes…

El Síndrome de inmovilidad es un cuadro clínico multifactorial, potencialmente reversible y prevenible.
En cuando a la epidemiologia, alrededor de un 18% de las personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda. Además, un 50% de los mayores de 75 años tienen problemas para salir del domicilio.

Los cambios que normalmente conlleva el envejecimiento se ven potenciados en el anciano inmovilizado. Los sistemas más afectados por la inmovilidad son el cardiovascular y el musculoesquelético. En ellos y en el resto de sistemas (respiratorio, nervioso, digestivo, genitourinario, endocrino, tegumentario) se aprecian cambios que, a su vez, contribuyen a perpetuar el síndrome.

Entre los factores predisponentes de la inmovilidad nos encontramos enfermedades como la osteoartrosis, la fractura de cadera, la osteoporosis, los aplastamientos vertebrales, la artritis, la polimialgia reumática, patología podológicas, enfermedades neurológicas, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, endocrinas y déficits sensoriales.

En la exploración de la inmovilidad prestaremos especial atención a los cambios posturales y transferencias, y a la evaluación de la marcha y del equilibrio.

Entre los riesgos nos encontraremos el cansancio extremo, la HTA, la muerte súbita, el IAM y las lesiones. Y como contraindicaciones estarán el deterioro severo del equilibrio o debilidad muscular extrema, fases agudas de artritis, dolor no controlado con la movilización, falta absoluta de motivación del enfermo y riesgo de agravar la patología subyacente.

Prevención del síndrome de inmovilidad podemos clasificarlo en tres tipos:

- Prevención primaria: que se basa en mantener el grado de movilidad. El principal factor preventivo es el ejercicio físico.

- Prevención secundaria: en la que se incluirán las adaptaciones del entorno que favorezcan los desplazamientos y estimulen el mantenimiento de la autonomía, como: evitar las barreras arquitectónicas, mantener el nivel sensorial, adaptaciones técnicas, estimular la independencia de las ABVD y de las AIVD.

- Prevención terciaria: incluye el tratamiento de complicaciones, como contracturas articulares, rigidez o anquilosis articulares, atrofia muscular, osteoporosis por inmovilidad y las alteraciones a nivel del resto de sistemas. Su prevención se inicia con el control postural.

La situación de inmovilización debería ser incluida dentro de los problemas del paciente geriátrico. Cuando se haya valorado la inmovilidad del paciente, se realizará un plan de actuaciones que incluya:

- Tratamiento de la causa de la inmovilidad.
- Plan de rehabilitación encaminado al tratamiento de la inmovilidad existente y evitar su progresión.
- Uso de ayudas y adaptaciones en el hogar.
- Prevención de las complicaciones asociadas.

Por último, y con el objetivo de fomentar la deambulación del paciente, se utilizarán ayudas técnicas como bastones, muletas, caminadores y  sillas de ruedas.


Realizado por Juan Diego Egido Riscos el 13/11/12

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