Síndrome de Inmovilidad
Bibliografía: Torres R,
Nieto M. Inmovilidad. En: Tratado de Geriatría para residentes. España:
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. 2007. P. 211-217.
He elegido este fragmento que del Tratado de geriatría para
residentes de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología porque explica
de manera muy clara la inmovilidad, incluyendo diversos aspectos como la
epidemiología, los cambios fisiopatológicos asociados a la inmovilidad, factores
predisponentes…
El Síndrome de inmovilidad es un cuadro clínico
multifactorial, potencialmente reversible y prevenible.
En cuando a la epidemiologia, alrededor de un 18% de las
personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda.
Además, un 50% de los mayores de 75 años tienen problemas para salir del
domicilio.
Los cambios que normalmente conlleva el envejecimiento se ven
potenciados en el anciano inmovilizado. Los sistemas más afectados por la
inmovilidad son el cardiovascular y el musculoesquelético. En ellos y en el
resto de sistemas (respiratorio, nervioso, digestivo, genitourinario,
endocrino, tegumentario) se aprecian cambios que, a su vez, contribuyen a
perpetuar el síndrome.
Entre los factores predisponentes de la inmovilidad nos encontramos
enfermedades como la osteoartrosis, la fractura de cadera, la osteoporosis, los
aplastamientos vertebrales, la artritis, la polimialgia reumática, patología podológicas,
enfermedades neurológicas, enfermedades cardiovasculares, enfermedades
respiratorias, endocrinas y déficits sensoriales.
En la exploración de la inmovilidad prestaremos especial atención
a los cambios posturales y transferencias, y a la evaluación de la marcha y del
equilibrio.
Entre los riesgos nos encontraremos el cansancio extremo, la
HTA, la muerte súbita, el IAM y las lesiones. Y como contraindicaciones estarán
el deterioro severo del equilibrio o debilidad muscular extrema, fases agudas
de artritis, dolor no controlado con la movilización, falta absoluta de
motivación del enfermo y riesgo de agravar la patología subyacente.
Prevención del
síndrome de inmovilidad podemos clasificarlo en tres tipos:
- Prevención
primaria: que se basa en mantener el grado de movilidad. El principal factor
preventivo es el ejercicio físico.
- Prevención
secundaria: en la que se incluirán las adaptaciones del entorno que favorezcan
los desplazamientos y estimulen el mantenimiento de la autonomía, como: evitar
las barreras arquitectónicas, mantener el nivel sensorial, adaptaciones
técnicas, estimular la independencia de las ABVD y de las AIVD.
- Prevención
terciaria: incluye el tratamiento de complicaciones, como contracturas
articulares, rigidez o anquilosis articulares, atrofia muscular, osteoporosis
por inmovilidad y las alteraciones a nivel del resto de sistemas. Su prevención
se inicia con el control postural.
La situación de
inmovilización debería ser incluida dentro de los problemas del paciente
geriátrico. Cuando se haya valorado la inmovilidad del paciente, se realizará
un plan de actuaciones que incluya:
- Tratamiento de
la causa de la inmovilidad.
- Plan de
rehabilitación encaminado al tratamiento de la inmovilidad existente y evitar
su progresión.
- Uso de ayudas y
adaptaciones en el hogar.
- Prevención de
las complicaciones asociadas.
Por último, y con
el objetivo de fomentar la deambulación del paciente, se utilizarán ayudas
técnicas como bastones, muletas, caminadores y sillas de ruedas.
Realizado
por Juan
Diego Egido Riscos el 13/11/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario