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Somos Mª José Avilés, Gloria Barba, Juan Diego Egido, Cristina Felipe, Gemma Rodas y Cristina Rodríguez...

y este es nuestro pequeño espacio dedicado a la asignatura de "Enfermería Geriátrica y Gerontológica".

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Bibliografía 1 del Trabajo de Campo




William JW,  Lisa MS, Anthony EL. La enfermedad de Parkinson. Una guía completa para pacientes y familiares. Barcelona. Paidós Ibérica: 2002. Pag 20-26



He escogido este libro porque explica claramente la fisiopatología de la enfermedad de Parkinson, ya que creo que la mayoría de las personas no sabemos, por lo que me resulta más interesante. Habla en un lenguaje claro, pero específico. Así creo que entenderemos mejor la evolución de la enfermedad, y qué hacer para intentar frenarla.

¿Qué causa los síntomas de la enfermedad de Parkinson?

La sustancia negra es un área muy pequeña localizada profundamente dentro del cerebro. Los síntomas de esta enfermedad no son perceptibles hasta que han muerto aproximadamente el 80% de las células de la sustancia negra .

Una de las características de la enfermedad del Parkinson es la presencia de pequeños corpúsculos conocidos como cuerpos de Lewy,  dentro de las células residuales de la sustancia negra.

Aunque supone un pequeño porcentaje del peso del cerebro, debido a sus importantes conexiones electroquímicas con los centros motores, es un componente vital en el sentido de cómo nos movemos. El neurotransmisor específico producido y utilizado por la sustancia negra es la dopamina. Cuando las células de la sustancia negra degeneran y mueren, se pierde la dopamina y los mensajes transmitidos por ésta no pueden avanzar hasta otros centros motores. Ésta es la causa principal de los síntomas motores de la enfermedad.

No sólo se relaciona la principal alteración neuroquímica con las células de la sustancia negra y a la pérdida de dopamina. Otros centros nucleares del cerebro también están afectados por la degeneración. A medida que disminuye la concentración de dopamina, desciende igualmente la concentración de otros neurotransmisores, como la noradrenalina y la serotonina, a pesar de que los cambios de éstos no son tan significativos como la pérdida de dopamina, pero al estar distribuidos por todo el cerebro, puede contribuir a explicar la razón de que la sustitución de dopamina deficitaria no corrija todos los problemas originados por la enfermedad del Parkinson.

No sólo se relaciona la principal alteración neuroquímica con las células de la sustancia negra y a la pérdida de dopamina. Otros centros nucleares del cerebro también están afectados por la degeneración. A medida que disminuye la concentración de dopamina, desciende igualmente la concentración de otros neurotransmisores, como la noradrenalina y la serotonina, a pesar de que los cambios de éstos no son tan significativos como la pérdida de dopamina, pero al estar distribuidos por todo el cerebro, puede contribuir a explicar la razón de que la sustitución de dopamina deficitaria no corrija todos los problemas originados por la enfermedad del Parkinson.

Todavía no se conoce lo que origina la neurogeneración, por lo que en ocasiones se denomina enfermedad ideopática.

Ya que los neurotransmisores cerebrales, sobre todo la dopamina, son tan importantes para el control de los músculos por parte del sistema nervioso central, cuando se pierden estos neurotransmisores, los músculos actúan de manera extraña. Se altera el mecanismo central que controla el tono muscular. Los músculos se contraen en momentos inapropiados y la rápida contracción y relajación de éstos, producen el temblor. Incluso, tras la contracción de los músculos, éstos se vuelven rígidos. Con una comunicación inadecuada entre el cerebro y los músculos, el movimiento también se hace más lento: Los músculos no pueden hacer movimientos espontáneos, fluidos y rápidos. El mecanismo central que controla el tono muscular no funciona de la manera adecuada para la delicada interacción de los músculos necesaria para ayudarnos a ponernos de pie, andar y mantener el equilibrio. Además, puesto que también afecta al sistema nervioso autónomo (controla la temperatura corporal, el sistema digestivo, la función sexual y la función vesical…), estos sistemas también se ven alterados.

Realizado por Cristina Rodríguez-Carretero Ropero. 21 de noviembre de 2012

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