He escogido esta bibliografía porque me ha resultado interesante el cómo relacionan el estudio de las diferentes patologías con la valoración integral en el anciano, que no solo se centra en la enfermedad, sino que muchas veces que los datos subjetivos, sociales, valoran mucho mejor la calidad de vida de las personas, mejorandola y pudiendo trabajar mejor para conseguir mejorarla del todo.
Las personas con enfermedades crónicas degenerativas, personas con una enfermedad en fase terminal y el aislamiento social, haría falta una valoración geriátrica integral, herramienta que se utilizaba en el medio hospitalario y geriátrico, y realmente es un gran método diagnóstico, ya que en el caso de las enfermedades mencionadas anteriormente, abarca las múltiples dimensiones y que, con una perspectiva interdisciplinaria, porque pretende cuantificar problemas clínicos, funcionales, psicológicos y sociales del adulto mayor para poder elaborar un plan de exhaustivo de tratamiento y un seguimiento efectivo a largo plazo.
Los diferentes estudios que se muestran en el artículo, ha demostrado que mejora los indicadores de calidad de cuidado del anciano, mejor morbi-mortalidad, menor hospitalización, menor uso de medicamentos y mejora de la calidad de vida relacionada con la salud, según la OMS.
Menciona que una parte de la enfermedad o patología queda oculta si no se realiza los estudios oportunos y de forma intencionada. Comenta que en las últimas décadas la sanidad se ha centrado en la reducción de la morbi-mortalildad y en la mejora de calidad de vida, e incluso la percepción del individuo de la situación de su vida, en su contexto y entorno cultural...
La utilización de la valoración geriátrica integral ha conseguido que se pase de los indicadores negativos de salud clásicos a otros sobre los aspectos subjetivos que se centran en el paciente y en su entorno desde una vertiente más positivista. Además, pese a tratarse de un componente subjetivo, la medición de la calidad de vida subjetiva es considerada como un instrumento básico para medir el estado de salud de los pacientes, ya que diversos estudios han permitido relacionar dicha calidad de vida con la utilización de los servicios sanitarios, el grado de autonomía y/o la institucionalización del paciente e incluso con su supervivencia.
Bibliografía realizada por Cristina Rodríguez-Carretero Ropero. 17 de octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario