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Somos Mª José Avilés, Gloria Barba, Juan Diego Egido, Cristina Felipe, Gemma Rodas y Cristina Rodríguez...

y este es nuestro pequeño espacio dedicado a la asignatura de "Enfermería Geriátrica y Gerontológica".

lunes, 8 de octubre de 2012

PRÁCTICA 2

Movilización de pacientes
 
En la práctica asistencial podemos encontrarnos ante la necesidad de movilizar pacientes que se encuentran parcial o totalmente incapacitados. En estos casos, "vale más maña que fuerza". Siguiendo unas normas básicas podemos llevar a cabo movilizaciones de forma más sencilla y que a la vez resultan más adecuadas para el paciente y para nosotros mismos, ya que gran porcentaje de los dolores de espalda de origen laboral se producen por la manipulación manual de cargas, entiendiendo como cargas objetos que se movilizan manualmente o mediante grua, así como personas.
Las normas básicas para realizar una correcta movilización son:
     - Quitar obstáculos (barandillas, mesitas...)
     - Asegurar la estabilidad corporal
     - Colocar siempre un pie en dirección del movimiento
     - No utilizar los músculos de la espalda
     - Alineamiento corporal
     - Pedir ayuda cuando sea necesario.
En la práctica hemos puesto en práctica diversas movilizaciones, como son: paso de decúbito supino a decúbito lateral; incorporación en la cama; movilización longitudinal en decúbito supino; sentar al borde de la cama; traspaso de la cama a la silla; desplazamiento lateral en sedestación; de la cama a la silla y viceversa, utilizando sábanas; incorporación desde el suelo. Sin embargo, hemos encontrado problemas al realizar la mayoría de estas movilizaciones, al no contar con camas que nos permitiesen asegurar las normas básicas. Además, mi impresión es que estas técnicas no son siempre tan fáciles de realizar como parece, ya que una persona con sobrepeso o un incapacitado total, seguramente necesiten de la colaboración de varias personas.
 
 
Ayudas técnicas
 
Grúas. Constituyen una ayuda técnica bastante empleado en la movilización de personas con un alto nivel de dependencia, como discapacitados y personas de edad avanzada, por lo que se encuentran notablemente en residencias de ancianos. Permiten movilizar a la persona de la cama para realizar la higiene de esta o para realizar cambios posturales en los que se incluyan cama y sofá, por ejemplo. Soportan bastante peso y son bastantes sencillas de utilizar. Es necesario prestar bastante atención en las arrugas que se pueden formar y clavar en el cuerpo de la persona, y evitarlas.
 
 
Camas articuladas. Suponen otra importante mejora en las personas con problemas de movilidad, sobre todo ancianos, que son los que más se benefician de esta ayuda técnica. Permite la incorporación de la persona o, por ejemplo, la posibilidad de elevar la parte distal de la cama para favorecer el retorno venoso. Existen las de estilo hospitalario y otras con más apariencia de cama doméstica.
 
 
Colchones antiescaras. Resultan un elemento de gran importancia a la hora de prevenir las úlceras por presión, uno de los principales riesgos en las personas que permanecen durante mucho tiempo encamadas. Estos colchones se basan en el cambio de presiones, mediante aire, para evitar que la persona permanezca durante la mayor parte del día ejerciendo presión en la misma zona. Las distintas zonas del colchón se van alternando de forma alterna. El inconveniente de los mismos es que están fabricados con plástico, por lo que hacen sudar mucho a la persona y no transpiran (a lo que añadimos la frecuente incontinencia). Si se cubren para evitar este inconveniente, las presiones se ven afectadas. 
 
Sillas para bañera (giratorias). Estas sillas suponen una gran ayuda en la higiene de las personas dependientes (ligeramente) o, simplemente, en personas mayores que no pueden permanecer de pie demasiado tiempo. Se encajan en la bañera y permiten a la persona permanecer sentada mientras se asea a sí misma o mientras le ase otra persona. Son impermeables y tienen agujeros en la parte inferior para que pase el agua. Permiten una rotación de hasta 360ª.
 
 
 
Sillas de ruedas. Ofrecen a la persona una mayor movilidad y cierto grado de autonomía, si son capaces de manejarlas por sí mismos. Algunas incluyen un motor incorporado, para las personas con más dificultades motoras (aunque no son las más frecuentes). De todas formas, permiten a otras personas un transporte más sencillo de la persona que permanece en silla. Las hay diseñadas para salir a la calle y otras para el domicilio.
 
 


Cubertería adaptada. Los cubiertos están adaptados para facilitar el agarre, así como su uso. Los platos, al tener una parte vertical, permiten el arrastre de la comida y poder cargarla mejor. Los vasos están diseñados para mantener una pajita de forma sencilla y que así la persona no tenga problemas a la hora de beber.
 
 
 
 
 
 
 
Practica realizada el 10 de Octubre por Gloria Esther Barba Fajardo.

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