Enfermería Geriátrica

martes, 9 de octubre de 2012

PRÁCTICA 2: MOVILIZACIÓN DE PACIENTES Y AYUDAS TÉCNICAS

En esta práctica, por un lado, hemos aprendido a movilizar pacientes de forma segura (ergonomía), algo indispensable en nuestro futuro profesional, ya que el 90% de nuestro trabajo trata con personas en situación de encamación. Esta serie de actividades han estado un poco limitadas debida a la ausencia de recursos como camas o toallas para transportar a los pacientes, pero hemos conseguido adaptarnos al máximo posible de nuestras posibilidades al tatami del aula de prácticas para poder ejecutar dichos movimientos.

Con respecto a las normas que hay que tener en cuenta para realizar una movilización adecuada de un paciente, son las siguientes:

- Quitar los obstáculos que puedan entorpecer la acción

- Asegurar la estabilidad corporal

- Colocar siempre un pie en la dirección del movimiento

- No utilizar la musculatura de la espalda (utilizar la del tren inferior)

- Mantener el alineamiento corporal

- Pedir ayuda cuando sea necesario.

Todo esto está pensado para evitar los accidentes laborales por sobre-esfuerzo que representan aproximadamente el 40% de los problemas de los profesionales que acuden a los servicios de salud laboral.

Algunos cambios de postura no los hemos podido practicar por la falta de medios pero los que si hemos puesto en práctica han sido:

- Paso de decúbito supino a decúbito lateral (1 cuidador)

- Paso de decúbito supino a sentado (1 cuidador)

- Desplazamiento longitudinal del paciente en cama (2 cuidadores)

- Paso de cama a silla (1 cuidador)

- Colocar al paciente correctamente en la silla (1 cuidador)

Por otro lado y como segunda parte de la práctica, hemos conocido una gran diversidad de ayudas técnicas que pueden facilitar, en gran medida, la vida de las personas mayores en situación de dependencia y de discapacidad y que así, puedan conseguir una adecuada adaptación a las dificultades que plantea en determinadas situaciones el proceso de envejecimiento. El principal problema de todas estas ayudas técnicas es el coste de las mismas, por lo que en la mayoría de las ocasiones sólo las pueden costear las personas mayores o sus familiares con notable poder adquisitivo. Algunas de las ayudas técnicas que pudimos ver son las siguientes: